XIII JORNADAS ORNITOLOGICA ESPAÑOLAS, Figueres (Girona) 5-8 de diciembre de 1996

04 Diciembre 1996

La Conservación de las Zonas Humedas

Disertación del Sr. Delmar Blasco,
Secretario General de la Convención sobre los Humedales (Ramsar, Iran, 1971)

Es un verdadero honor tener la oportunidad de dirigirme hoy a la comunidad de ornitólogos del Estado Español reunidos hoy aquí en esta acogedora ciudad de Figueres.

Es auspicioso que estas jornadas se realicen dentro del entorno del Parque Natural de los Aiguamolls de l’Amporda, ya que la existencia misma de este Parque constituye todo un símbolo del poder que reside en las comunidades cuando ellas, en su profunda sabiduría ancestral se deciden a luchar por la salvaguardia de las riquezas naturales de su entorno. Como ustedes saben el Parque es el resultado de esa lucha visionaria, no solo del líder de esa lucha, Don Jordi Sargatal, sino también de importantes sectores de esta comunidad que supieron responder a su llamado y que todavía hoy siguen impulsando el trabajo pionero que se viene realizando en los Aigamolls. Es un honor para la Convención sobre los Humedales, la Convención de Ramsar, contar a los Aigamolls como uno de los 35 sitios incluidos por España en la Lista de Humedales de Importancia Internacional.

Los ornitólogos del mundo, y entre ellos los ornitólogos españoles deben sentirse orgullosos por lo que han hecho en favor de la conservación de las zonas húmedas del planeta. Porque fueron fundamentalmente ustedes, a través de las sociedades que los agrupan, como la Sociedad Española de Ornitología, los que hicieron sonar con mayor estridencia la alarma que llamó la atención sobre el desatino que se estaba cometiendo con el desecado, fragamentación y transformación para otros usos de una cantidad significativa de humedales, sobre todo en los países que estaban siguiendo acelerados procesos de desarrollo económico, y que por lo tanto contaban con los medios para emprender esos "saneamientos" espectaculares. Hoy los lamentamos, y muchos países están invirtiendo importantes recursos para tratar de recuperar lo que en su momento se destruyó con bastante ligereza. Ustedes actuaron con tanta convicción que lograron cambiar la tendencia y hoy grandes sectores de nuestras sociedades se han persuadido de que los humedales son sitios de un tremendo valor ecológico y socioeconómico que debe ser preservado.

Pero la batalla no está ganada completamente, porque muchos humedales aun siguen siendo degradados, en gran parte debido a la contaminación, otros todavía están sujetos a procesos de fragmentación o transformación para otros usos, y otros sufren de un tratamiento desigual con respecto a otros usuarios cuando se trata de asignar escasos recursos hídricos por los que existe una demanda que excede la disponibilidad.

La batalla no está ganada, pero me atrevo a decir con convicción que no está perdida, porque cada vez tenemos más aliados y cada vez somos capaces de aunar más voluntades. Hoy, ustedes, los ornitólogos ya no están solos. Desde muchos otros sectores se están aportando esfuerzos en favor de la conservación y uso sostenible de los humedales, porque se entiende y acepta cada vez más que ellos no son importantes sólo para las aves acuáticas sino también para otra inmensa variedad de otras especies, algunas de ellas de un tremendo valor para las comunidades humanas, tales como los peces, muchos de los cuales, que sirven de base a importantes pesquerías, tienen su origen o pasan una parte de su ciclo vital en los humedales. Por otra parte, hoy se reconoce de manera cada vez más generalizada que los humedales cumplen funciones de una gran significación para el mantenimiento del equilibrio de los ecosistemas más amplios de los que forman parte, o para el bienestar de las sociedades humanas.

La Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas, a la que ahora nos referimos simplemente como la Convención sobre los Humedales, o la Convención de Ramsar, por la ciudad del Irán en la que se firmó hace 25 años, constituye un ejemplo del éxito de los ornitólogos que la imaginaron y la impulsaron hasta conseguir que un puñado de países la echaran a andar como el primero de los instrumentos de derecho internacional modernos relativos al medio ambiente. Otros instrumentos de gran significación han visto la luz en años más recientes, como los convenios sobre biodiversidad, cambio climático y desertificación, todos ellos de gran importancia para la conservación de los humedales, y con los cuales nuestro convenio está estableciendo estrechas relaciones de trabajo.

Con la adhesión de Israel y Malawi que se formalizaron la semana pasada, el número de países miembros (o Partes Contratantes) de la Convención de Ramsar llegó a 96, y el número de sitios incluidos en la Lista de Humedales de Importancia Internacional llegó a 859, los que abarcan una superficie de 545.000 km2, o sea algo más que la superficie de toda España. No podemos afirmar que todos estos 545.000 km2 de humedales, que representan según algunas de las estimaciones sobre la superficie que ocupan los humedales en el planeta, algo así como el 10% del total, ya están totalmente a salvo de la destrucción o de la degradación. Pero el primer paso está dado por los países miembros, la designación. Eso nos permite a todos, a nosotros desde la Oficina de la Convención, a ustedes y a otros científicos, a las ONG, a las comunidades interesadas, y hasta a los otros países miembros del tratado, a través de las reuniones de la Conferencia de las Partes, nos permite decía, trabajar con las autoridades responsables de la gestión de los sitios Ramsar en cada país para que esa gestión se realice de manera efectiva y de acuerdo a las técnicas más modernas, tanto desde el punto de vista de las ciencias naturales como desde el punto de vista de las ciencias sociales, ya que casi sin excepción todos los humedales están hoy en día influenciados de manera directa o indirecta por el accionar de las sociedades humanas, ya que nuestra especie no es una especie endémica de algunas zonas del planeta, sino la especie con la mayor área de dispersión: solo nos falta colonizar las profundidades marinas y las cavernas subterráneas!

Como ya dije anteriormente, el Estado Español ha designado hasta ahora 35 sitios para la Lista de Ramsar, repartidos en 15 Comunidades Autónomas, que abarcan 157.857 hectáreas, o sea un 0.3 % del total del área abarcada por el conjunto de los sitios Ramsar. El país que más sitios ha designado hasta ahora es el Reino Unido, con 107 sitios que abarcan 450.000 hectáreas. Los sitios del Canadá, que también son 35, abarcan en cambio 13 millones de hectáreas. Doy estas cifras a modo de curiosidad, ya que el número y la extensión de los sitios Ramsar adquieren significación sólo dentro del contexto de los recursos de humedal con que cuenta cada país.

Todavía no disponemos, creo yo, de un inventario definitivo de los humedales españoles que responden a los criterios de Ramsar para ser designados como humedales de importancia internacional. Los humedales españoles, si bien en su mayoría de escasa superficie, son muy numerosos y de una extrema significación local y regional, cuando no nacional. Se han hecho en el país importantes esfuerzos de inventario, desde el Catálogo de los Lagos de España, publicado por Pardo en 1948, en el cual se registraban más de 2000 humedales naturales y artificiales, seguido por el inventario hecho por Velez Soto en los años 70, la Clasificación de las Zonas Húmedas Españolas en Función de las Aves Acuáticas publicado por la Sociedad Española de Ornitología en 1989, por encargo del ex ICONA con la intención de aplicar la Convención de Ramsar en España, y por último inventario de las zonas húmedas de España continental iniciado dentro del marco de la ley de conservación de la naturaleza de 1987, que ha identificado 1.275 humedales y lagos interiores, y 104 humedales costeros (54 en el Mediterráneo y 50 en el Atlántico). Este último inventario, seguramente el más completo de todos los realizados hasta ahora, ha revelado la abundancia, la variedad ecológica y el estado de conservación de los humedales españoles. Hace algún tiempo la Federación de Amigos de la Tierra había recomendado un total de 74 sitios para su inclusión en la Lista de Ramsar. Ahora, la Unidad de Conservación de la Facultad de Cincias de la Universidad de Extremadura, porpone, sólo en esa autonomía 32 sitios como candidatos aser declarados como humedales de importancia internacional, entre los 344 catalogados.

En lo que hace a la conservación de los sitios, es importante señalar que si bien se han hecho muchos progresos, varios humedales españoles incluidos en la Lista de Ramsar, requieren una constante, y a veces urgente atención. El caso más notorio es Doñana, que está incluido en lo que llamamos el Registro de Montreux, un registro llevado por la Oficina de Ramsar, de los sitios incluidos en la Lista cuyas características ecológicas han cambiado, están cambiando o podrían cambiar. Hace pocos días hemos recibido confirmación del Director General de Conservación de la Naturaleza, Don Carlos del Alamo, de que el Gobierno está interesado en que la Oficina de Ramsar organice una visita de expertos internacionales a Doñana dentro de lo que en la Convención llamamos el Procedimiento de Orientación para la Gestión. En las próximas semanas estaremos en contacto con la Dirección General para acordar los objetivos y las modalidades de esta misión de Ramsar. Pero además de Doñana también las Tablas de Daimiel está incluido en el Registro de Montreux. A su vez, creemos que el Delta del Ebro, el Marjal de Pego-Oliva, las Salinas de Ibiza y Formentera, y los mismos Aigamolls, si bien no han sido incluidos en el Registro de Montreux, requieren preferente atención en cuanto a su estado de conservación actual o a más largo plazo. En lo que se refiere al Delta del Ebro, hemos tomado nota con sumo interés del proyecto Delta XXI para la conservación y el uso sostenible de ese sitio, elaborado por SEO/BirdLife International. Ese es el tipo de plan de gestión que debería elaborarse para todos los sitios Ramsar con una fuerte intervención antrópica.

Otro desarrollo muy significativo en España es la reactivación del Comité de Humedales, que tuvo una reunión muy positiva el 3 de setiembre pasado, en la cual se acordó algo muy importante: el comenzar a elaborar una estrategia nacional para los humedales españoles, acción que continuará en la próxima reunión del Comité prevista para el mes de enero. Hasta ahora el Comité ha reunido a las autoridades del gobierno central y de las autonomías, pero no ha incluido a las organizaciones no gubernamentales. Tengo entendido que se está buscando la manera de dar cabida al sector no gubernamental, cosa que desde la Convención veremos con muy buenos ojos, ya que organizaciones como la SEO o la FAT pueden hacer aportes importantes. La Conferencia de las Partes ha reconocido la importancia de unos comités Ramsar o comités de humedales que reúnan a todo el espectro de los interesados en la conservación de los humedales: los distintos organismos de gobierno (y no sólo aquellos responsables de la conservación de la naturaleza), las ONG, las comunidades locales, y el sector privado.

Y hablando de estrategias, permítanme referirme brevemente al Plan Estratégico de Ramsar para el período 1997-2002 aprobado por la última Conferencia de las Partes celebrada en Australia en marzo de este año. A mi juicio, este es el desarrollo más importante de la Convención luego del hecho mismo de su adopción. Hasta ahora, las cinco Conferencias de las Partes que tuvieron lugar entre 1980 y 1993, habían adoptado una serie de resoluciones y recomendaciones que fueron haciendo una interpretación más precisa de las normas generales del tratado y creando los mecanismos para su aplicación. Pero recién ahora, mediante el Plan Estratégico, las Partes Contratantes han adoptado un claro derrotero para la efectiva utilización del convenio. El Plan adoptó la misión de la Convención como "la conservación y el uso racional de los humedales, a través de la acción a nivel nacional y mediante la cooperación internacional, a fin de contribuir al logro del desarrollo sostenible en todo el mundo".

Seguidamente, el Plan estableció ocho objetivos generales, desglosados en cada caso en objetivos operativos y en acciones concretas (en total se contemplan 125 acciones) que abarcan: la universalización del tratado, el uso racional de los humedales, la concienciación a todos los niveles y en todo el mundo, el refuerzo de la capacidad local en los países, la conservación efectiva de los sitios incluidos en la lista de Ramsar, la inclusión en la Lista de todos los sitios que respondan a los criterios de la Convención, la promoción de la cooperación internacional y la asistencia financiera, y el dotar a la convención de los mecanismos institucionales y los recursos necesarios para su buen funcionamiento.

España participó en la adopción por consenso de este Plan, y por lo tanto esperamos que la estrategia nacional que se está gestando constituya el instrumento para su puesta en práctica en el país. Además el Plan Estratégico sirvió como base para elaborar la Estrategia para los Humedales del Mediterráneo que la Conferencia sobre Humedales del Mediterráneo celebrada en Venecia en junio pasado recomendó a los gobiernos de la cuenca para su adopción y puesta en práctica. Tengo entendido que en una de las sesiones de estas Jornadas ustedes tendrán la oportunidad de analizar ese documento y ojalá puedan salir de aquí sugerencias y compromisos concretos para utilizarlo en la elaboración de políticas y medidas adecuadas.

También me he enterado con mucha satisfacción de la iniciativa de lanzar una red sobre los humedales del Mediterráneo que integre a las instituciones gubernamentales, no gubernamentales y técnico-científicas, y a los individuos activos en la conservación de los humedales, a fin de aunar esfuerzos y compartir experiencias. Desde la Oficina de la Convención estaremos complacidos en brindar todo el apoyo que esté a nuestro alcance a esa iniciativa. Sobre todo cuando la misma se relaciona estrechamente con la decisión de la reciente reunión del Comité Permanente de la Convención de aprobar el establecimiento de un Comité para los Humedales del Mediterráneo animado por la secretaría de Ramsar y que reúna a todos los actores en la cuenca, tanto gubernamentales como no gubernamentales. Este Comité intenta ser el instrumento para continuar con la iniciativa MedWet o MedHum (humedales del Mediterráneo) que como ustedes sabrán fue lanzada en 1991 en base a un proyecto de bastante envergadura financiado por la Comisión Europea y que incluyó la participación de los gobiernos de España, Francia, Italia, y Portugal, y de varias organizaciones no gubernamentales.

Por último deseo comunicarles que la próxima reunión de la Conferencia de las Partes de la Convención de Ramsar se reunirá en 1999, por primera vez en un país de habla hispana: Costa Rica. Esperamos sinceramente que el gobierno español, las autonomías y las ONG española estén allí presentes en gran número para aportar la rica experiencia de este país, en éxitos, dificultades, y tal vez algunos fracasos de los que también se aprende, en el campo de la conservación y el uso racional de los humedales. Nunca es demasiado temprano para planificar y a lo mejor durante estas Jornadas ya se podrían echar las bases para organizar esa presencia española en Costa Rica en 1999.

Para concluir: creo que hemos hecho grandes avances hacia la conservación y el uso sostenible de los humedales del planeta. Ello debe ser fuente de energía en cada uno de nosotros para hacer lo mucho que todavía falta para que podamos dejar un legado positivo en este campo a las generaciones que nos seguirán. Aunando esfuerzos lo lograremos.